XXXII CERTAMEN CICERONIANUM ARPINAS 2012
El jueves día 23 de
febrero de 2012, se celebró en Valladolid el ejercicio de preselección Certamen
Ciceronianum Arpinas, que serviría
también para la selección de los representantes para la convocatoria local. El ejercicio ganador fue el de Jordan Martín Infante,
alumno del IES Delicias de Valladolid, su premio: un viaje a Arpino junto a la profesora Mercedes Sahuquillo quien nos cuenta la experiencia. Desde aquí nuestra enhorabuena para él y su profesora Pilar Pérez. También para Óscar Ramos y su alumno Rodrigo Conesa del IES "Juan del Enzina" de León que obtuvo una Mención de Honor en el certamen.
“Tú al IES Delicias en Valladolid, yo a Arpino”
El 10 de mayo, parecía un
jueves cualquiera, pero no. Escondía una aventura, un viaje a lo desconocido. Y
en compañía de la profesora sustituta, a quien había visto tan solo en dos o
tres ocasiones, partimos desde Valladolid con destino Arpino, la ciudad en la
que nació Cicerón, para participar en la fase internacional del Certamen
Ciceronianum Arpinas. “¡Tú a Delicias y yo a Arpino!”
Jordan Martín y Rodrigo Conesa |
A primera hora de la
mañana, con Morfeo sin querer despegarse de mí, nos reunimos en Barajas con el
profesor de León y su alumno, Rodrigo. Al principio creí que todo resultaría
extraño, nuevo, diferente, pero descubrí en estos compañeros de viaje unos
buenos amigos.
Ya en Frosinone nos
reunimos con el resto de participantes españoles y en Fiuggi compartimos hotel
con italianos, británicos (o británicas mejor dicho) y búlgaros.
A la mañana siguiente era
la prueba. Este fue un día duro. A las seis de la mañana ya estábamos
levantados. Fiuggi y Arpino distan más
de una hora en autobús, “pullman” como decían los italianos. Nos repartieron en
varias aulas y todos frente a la traducción y el comentario de un fragmento de
la obra De Re Publica de Cicerón dimos lo mejor de nosotros mismos. La prueba
se alargó hasta casi las 6 horas y tras comer en un restaurante cercano,
pasamos la tarde en la acrópolis de Arpino. Cuando ya anochecía, volvimos al
hotel en Fiuggi. Tras una copiosa cena, en la que no faltaba la pasta, salimos
a conocer la ‘vida nocturna’ de Fiuggi. Fuimos invitados a la discoteca “Carpe
diem”, buen nombre…
El sábado, viajamos a
Formia, la localidad en la que murió Cicerón, en la que tuvimos una visita
guiada por todos sus lugares de interés. El hecho de que todas las
explicaciones fuesen dadas en italiano, resultó muy duro de seguir.
Comimos casi en primera
línea de playa, pero tuvimos que conformarnos con morirnos de envidia viendo a
decenas de italianos disfrutando del buen tiempo en la arena…
Por la tarde visitamos la
Abadía de Montecasino, en la que el Abad recibe a todos los participantes.
Durante nuestra estancia en la abadía, el profesor de León, Óscar Ramos, volvió
a demostrar su pasión por usar el latín como lengua viva y nos habló en dicha
lengua de la Suma Teológica de Tomás de Aquino, escrita en ese mismo lugar.
Esa misma noche, volvimos
a Arpino, donde disfrutamos de un concierto de un grupo que interpretaba
canciones de una de las bandas más conocidas del rock, Pink Floyd.
El domingo viajamos por
última vez a Arpino para asistir a la entrega de premios del certamen, donde
nos llevamos una agradable sorpresa al descubrir que nuestro compañero de León,
Rodrigo Conesa, de cuya amistad disfruto ahora, había recibido una mención
honorífica por su traducción y comentario de texto realizado en latín. Pocos
fueron los miembros de la delegación española que no soltaron alguna lágrima,
ya que fue el tercer español en recibir una mención en 32 años de concurso. El
resto de premios se repartió, como de costumbre, entre italianos y alemanes.
Ya en Roma antes de la
despediad de toda la expedición española, comimos en una pizzería cercana a la
estación de Termini. Finalmente, mi compañero de León y yo nos despedimos del
resto, acordando que volveríamos a vernos en España una vez terminada la
selectividad.
Sin duda, fue una
experiencia inolvidable que a todos nos encantaría repetir.
Jordan Martín Infante
y Mercedes Sahuquillo
IES Delicias de Valladolid
Participantes españoles en la Acrópolis de Arpino |
Esta es una experiencia que marcará para siempre. Yo estuve en Arpino en mayo de 2005 y hoy aún guardo con mucho cariño aquella experiencia. No os apartéis del latín, que os acompañará siempre. Un saludo, S.
ResponderEliminar